LA FRASE

LA FRASE: "Buscad la belleza, es la única protesta que merece la pena en este asqueroso mundo" (Ramón Trecet).

Garmo Negro, Algás N y Algás. (12 de Agosto de 2002)

Salida: Balneario de Panticosa: 1630m.
Llegada: Garmo Negro (3051m), Algás Norte (3032m) y Algás (3036m).
Desnivel: Unos 1400m.

Ascensiones realizadas junto a Carlos.

Itinerario seguido para las ascensiones.

INTRODUCCIÓN:

Salimos bastante pronto Carlos y yo desde Zaragoza hasta el Balneario de Panticosa, en el que nos plantamos en unas dos horas, más o menos. Una vez aparcado el coche, nos ponemos los mochilones pensando en pernoctar en los ibones de Pondiellos (luego no lo hicimos) así que cargamos con todo, pero en fin, así son las cosas. En un día lo hicimos todo, el Garmo Negro y los dos Algás.

ASCENSIÓN:

Rodeamos el lago del Balneario y llegamos a la izquierda del mismo donde sale un camino por en medio de bosque que en cortas y fuertes lazadas va ganando altura de manera rápida. Cada vez que giramos la cabeza vemos el balneario más y más abajo. A una media hora o tres cuartos del principio llegamos al llano denominado Mallata baja/baxa de las Argualas, una bonita pradera con algunos árboles y ese día incluso unos caballos pastando tranquilamente por aquí...

Caballos por la Mallata baja de las Argualas.

En este punto hay que prestar atención a un mojón que indica una bifurcación; debemos coger la senda que va hacia la derecha pues es la que nos llevará a la Mallata alta de las Argualas, a unos 2200m de altura. Aquí debemos superar inclinadas pendientes que van subiendo cerca del torrente que baja del macizo de las Argualas. En la parte superior de esta mallata, debemos torcer nuestro camino a la izquierda, hacia el collado de Argualas, si continuásemos por el torrente, todo recto hacia arriba iríamos a parar al collado de Pondiellos, pero hoy no iremos por ahí.

Ahora comienza un camino a media ladera que va perdiendo la hierba, ya sólo pisamos pequeñas briznas hasta que en un momento dado nuestros pasos son sobre dura piedra, suelta pero gruesa; además hay una especie de trocha entre el pedregal que es fácil de seguir hasta nuestro ansiado collado. Pasaremos durante todo este rato por debajo del Garmo Negro dejando dicha mole a nuestra derecha.

Llegamos al collado cerca de tres horas después de empezar a andar, el pequeño pero impresionante circo de las Argualas nos recibe con algún pequeño nevero todavía, que no impide nuestra marcha. Este collado está a 2860m, cerca ya de la cima, pero aún debemos llegar hasta el fondo del circo o casi, para torcer ahora hacia la derecha subiendo por las pedregosas laderas del Garmo Negro, que aunque fácil de ascender nos pone como dificultad las piedrecillas que hacen que nuestras botas resbalen en algún momento por la inclinación haciendo que la progresión sea lenta, aunque segura, en todo momento.

En unas tres horas y tres cuartos contando paradas para fotos, descansos y beber...estamos en la cima del Garmo Negro. La vista es majestuosa, los Infiernos son impresionantes desde aquí, la marmolera se admira perfectamente. Al otro lado tenemos el Algas y el Argualas.

En la cima del Garmo Negro (3051m).

Para subir al Algás N, bajamos del Garmo Negro hasta el collado que separa ambos picos, vemos los Pondiellos y subimos por la cresta poniendo alguna mano en algún momento pero sin mucha dificultad llegamos a la cima del Algas N. Parada antes del Algas secundario, una es hombro de la otra, más que cimas separadas.

Cima del Algás (3036m); detrás destaca el Pico de Argualas.
Del pico de Algas N al llamado pico Algas, a secas, solo hay unos metros en los que se baja un poco para luego volver a subir a este último pico. Admiramos el paisaje, la visión del Garmo Negro y los Infiernos a un lado:

Vista de los Infiernos, al fondo y del Garmo Negro, a la derecha.
El pico de Argualas (que no hicimos) queda detrás nuestro siguiendo la cresta desde aquí. Al final, un día redondo en el que subimos tres picos por encima de los 3000m, y todos en el día, sin necesidad de pernoctar como era nuestra idea al principio. Eso sí, la bajada se hace larga aunque lo conseguido ayuda a llevarla lo mejor posible a pesar del calor de agosto.

Infiernos, (3073m, 3082m y 3076m). (14 de Julio de 2002)

Larguísima vuelta al macizo de los Infiernos subiendo desde el Balneario de Panticosa por la GR-11 pasando por ibones de Bachimaña y Azules hasta las tres cimas de Infiernos y bajando por los ibones de Pondiellos hasta el Balneario de nuevo. Recorrido circular variado, aéreo y sobre todo muy largo pero del todo recomendable si se está en forma. 

Ascensiones realizadas con Ramón.

Croquis del recorrido realizado.


DESCRIPCIÓN:

Salimos Ramón y yo a eso de las 8 de la mañana desde el aparcamiento del Balneario de Panticosa dispuestos para el largo camino que nos esperaba. Nos dirigimos hacia el refugio de Casa de Piedra para coger cerca las marcas del GR-11 que no dejaremos hasta muy arriba ya, en el collado de Infiernos. La mañana es fresca todavía, vamos progresando al lado del torrente del Caldarés, que baja impetuoso por esta zona dejándonos ver varias cascadas que amenizan el camino. Al poco tiempo el camino comienza a empinarse para superar la denominada cuesta/costera del fraile que nos dejará al lado del ibón de Bachimaña bajo. Es en este momento cuando nos comienza a dar el sol y ya no nos dejará en todo el día. Rodeando este ibón llegamos al ibón de Bachimaña alto, gran ibón que dejaremos todo el rato a nuestra derecha según avanzamos por la senda GR-11 en dirección a nuestro siguiente punto de referencia, los Ibones Azules. A estos llegamos una media hora después de los bachimañas; bonito conjunto de ibones enmarcados en un gran lugar de aspecto espectacular pues están rodeados de picos como los propios Infiernos, Arnales, Piedrafita, etc.

Ya vemos la marmolera de los Infiernos desde los Ibones Azules.

Tomamos fuerzas para lo que nos queda, que no es poco, enfilamos entonces el camino pedregoso que nos lleva desde los ibones Azules al collado de Infiernos, se salvan cerca de trescientos metros en poco terreno lo cual nos da una idea de la dureza de esta parte. Cuando llegamos por fin al collado de Infiernos, a 2721m vemos un paisaje impresionante, el coqueto ibón de Tebarray al lado del pico del mismo nombre es una maravilla, como todo lo que nos rodea. Aquí charlamos con unos tipos que tomaban algo para reponer fuerzas, uno de ellos iba a subir también a los Infiernos, así que decidimos juntarnos los tres y afrontar mejor la subida. En este punto nos olvidamos de las marcas del GR-11 pues estas van hacia el circo de Piedrafita.

Ahora pues nos dirigimos hacia la izquierda del collado, tomando altura por piedra descompuesta pero con trazas de senda que nos lleva a la otra cara del macizo y va a parar a la parte de los ibones de Pondiellos; vemos el Garmo Negro, el Algás y los propios ibones.

Ibones de Pondiellos y Garmo Negro, Algás, etc.

Ahora comienza la parte más divertida y en este caso también más complicada pues se empieza a tomar altura por el costado de la montaña pasando por la famosa marmolera. La sensación es impresionante, un resbalón aquí sería fatal, pero mejor ni pensarlo, solo pensamos en poner los pies en sitios seguros e ir progresando siguiendo algún solitario mojón que nos da pistas de por donde ir. He de decir que el otro montañero con el que nos juntamos, y que era de Bilbao..., ayudó mucho a que todo fuera bien y siguiéramos correctamente el camino a la cima. En algún momento hay que poner algo las manos pero sin demasiada dificultad se va consiguiendo poco a poco ganar la altura de su primera cima, la cima del Infierno Occidental o norte. Contentos empezamos a hacer fotos divisando todo nuestro alrededor y la siguiente cima, el Infierno Central al que se accede siguiendo la cresta que une ambas cimas, blanca, bonita, aérea, impresionante vaya! 
 
La marmolera uniendo las cimas del Infierno Occidental y el Central.

Desde la cima del Infierno Occidental recorremos la aérea cresta que los separa, es amplia pero la sensación de altura es indescriptible. Además el color blanquecino la hace más extraña todavía. En unos minutos estamos en la cima del pico de Infierno Central.

En la cima del Infierno Central (3082m).

Para llegar al Infierno Oriental, debemos bajar unos pocos metros hasta un collado entre los dos picos y seguidamente subir los metros que nos separan de esta última cumbre, o primera según por dónde se suba, del macizo de los Infiernos. La vista es espectacular, vemos abajo los ibones Azules a un lado, los Pondiellos al otro, el pico Arnales muy cerca y más lejos gran parte del Pirineo.

Cima del Infierno Oriental visto desde el Central.
Después de extasiarnos con las vistas llega la hora de bajar. Para ello descendemos al collado entre estas dos cimas, Central y Oriental, y bajamos con cuidado pues aquí la pendiente es muy fuerte, en ocasiones debemos poner el culo por seguridad sobre alguna piedra y descender poco a poco hasta el llano de los ibones de Pondiellos. Ahora buscamos el collado de Pondiellos por una senda que rodea esta especie de circo; cuando llegamos a él aún resta bajar mucho desnivel hasta el Balneario, una paliza que con el tiempo se ve de otra manera pero cuando toca hacerla maldices todo, sobre todo si tu rodilla dice que no puede. Así que despacio, con calma, pues el día da muchas horas conseguimos ir descendiendo el largo camino hasta el Balneario. Las paradas son frecuentes pero por fin llegamos al coche, al bendito coche. Nos quitamos mochila, botas y todo lo que podemos y nos bebemos todo el agua que nos cabe en el estómago. Estiramos...y a casita después de un paseo de relax por el Balneario de Panticosa.

Barranco de Mascún, tramo inferior. (18 de Mayo de 2002)

Salida: Rodellar.
Llegada: Más o menos hasta Los Oscuros de Otín.
Desnivel: Algo menos de 300m.
Tiempo empleado: 3 horas y media.

Actividad realizada junto a Ramón y Carlos.


Mapa del recorrido realizado.


INTRODUCCIÓN:

Este recorrido es una magnífica y sencilla manera de adentrarse en pleno corazón de Guara sin tener que ponerse el neopreno. Admiraremos curiosas formaciones rocosas con nombre propio ya en esta sierra como son La Cuca Bellostas, La ciudadela, etc... De paso, podemos ver a numerosos escaladores encaramados a las paredes de este paraíso de la escalada, así como también muchas personas que descienden el barranco en su tramo superior y llegan a este tramo inferior ya andando. Aunque esta preciosa y a veces olvidada sierra es más conocida por los descensos de barrancos, contiene innumerables excursiones de senderismo que nos permiten descubrir bonitos rincones del prepirineo.

DESCRIPCIÓN DE LA RUTA:

Dejamos el coche en el pueblo de Rodellar, pueblo dividido en dos barrios, el propio Rodellar y el barrio de Cheto, separados, como no, por un pequeño barranco. Pasamos por la plaza de Rodellar y nos dirigimos al cauce del río bajando por una cuesta bastante empinada que trazando curvas consigue dejarnos en el lecho del río Mascún. Ahora simplemente debemos encaminar nuestros pasos aguas arriba por senda que va paralela al río, unas veces más cerca otras más lejos y según vaya el cauce, otras veces dentro de él, aunque esto último no es habitual si no ha habido tormentas recientemente. En una media hora después de salir vemos a nuestra izquierda en lo alto una de las típicas "ventanas" en la roca.

"Ventana" en la pared de la montaña. Es el conocido "Delfín".

Esta ventana vista a la vuelta, por el lado contrario asemeja la forma de un delfín. Seguimos nuestro camino y poco después nos encontramos con la fuente del Mascún que no es sino una enorme surgencia por la que mana el agua con gran fuerza directamente desde la roca cuando ha llovido hace poco, si no pues sale agua pero con menor fuerza. Aquí podemos coger agua si no lo hemos hecho antes. En este punto sale un camino a la izquierda que se dirije al pueblo deshabitado de Otín pudiendo hacer un bonito recorrido circular pues se conectan ambos caminos de nuevo más arriba. Nosotros obviamos ese desvío y seguimos por el cauce del río que gira ahora, después de la surgencia, y la senda toma camino recto hacia el norte.

En un momento del camino ya divisamos la Cuca Bellostas al fondo.

Al poco de tomar este sentido de la marcha podemos ver ya formaciones rocosas típicas como "la china" una gran bola redonda en mitad del camino, o "la pipa" por su parecido con las de fumar.

La "china" al lado del camino. Más arriba, "la pipa".

Pero sin duda si algo llama la atención poderosamente en este recorrido es la formación conocida como "la Cuca Bellostas", que no es sino un enorme monolito de piedra caliza que apunta al cielo con gran verticalidad.

"La Cuca Bellostas", monolito puntiagudo muy conocido en Guara.

Al otro lado del barranco, a la derecha según lo remontamos, allí arriba vemos unas formaciones que asemejan un pueblo, es la zona conocida como "la Ciudadela" por su parecido con una ciudad de roca, con puntas y oquedades por todos los sitios a modo de tejados y ventanas. Es algo realmente curioso; en Guara podemos jugar en todo momento con las formas que poseen las rocas pues la erosión ha hecho maravillas en ellas.

Seguimos un rato más andando, y en un momento dado el cauce se ensancha bastante por lo que debemos sortearlo subiendo un poco por la pared de la izquierda para luego volver a bajar cerca del cauce. Aquí se van formando alguna pozas o badinas, que son la delicia de los barranquistas que van bajando del tramo superior del Barranco de Mascún. En este punto, donde el agua ocupa toda la anchura del barranco, aunque todavía se puede seguir un buen rato andando sin mojarse sorteandolo por las sendas que suben un poco por las orillas, nosotros decidimos quedarnos aqui, subiendo eso sí a una de las paredes del barrnaco, arriba del todo y así tener un panorámica aérea de la zona.

En la parte alta del Barranco de Mascún. Abajo se ve el río.

Ni que decir tiene que la vista es impresionante, abajo vemos el río que se aleja haciendo eses, enfrente numerosos pitones de roca y la vegetación encaramada en esos lugares tan intrincados y verticales. Comimos aquí, en la tranquilidad del río y volvimos por el mismo camino, pensando en hacerlo de nuevo pero uniéndolo con el camino a Otín y de esta forma hacer un recorrido circular pasando por ese pueblo y por el dolmen llamado de Losa Mora.