LA FRASE

LA FRASE: "Buscad la belleza, es la única protesta que merece la pena en este asqueroso mundo" (Ramón Trecet).

Moncayo Invernal. (10 de Diciembre de 2005)

Salida: Aparcamiento de Haya Seca, unos 600m antes del Santuario (1600m).
Llegada: Cumbre del Moncayo (2316m).
Desnivel: 700m.
Tiempo: Algo menos de 2 horas de subida.

Ascensión realizada junto a Carlos.

Itinerario seguido para la ascensión.

ASCENSIÓN:

Llegamos al aparcamiento situado 600m antes de llegar al santuario a eso de las nueve y media. En el cielo ni una nube, nada de viento, pero eso aquí no quiere decir mucho pues la climatología de esta montaña es impredecible, sobre todo en lo que al viento se refiere.

Aunque habíamos subido un montón de veces a esta montaña, nunca lo habíamos hecho en invierno con tanta cantidad de nieve y de buena calidad. Además sorprendía que a principios de diciembre hubiera tanta, así que mejor que mejor.

Nos calzamos las botas, ropa de invierno y empezamos a andar cerca de las diez de la mañana; el sendero del principio, entre el bosque, estaba helado completamente lo que dificultaba el avance y multiplicaba el riesgo de resbalón y culetazo al suelo, así que caminábamos buscando las piedras y la hierba para avanzar mejor hasta que llegamos a la parte final del bosque, donde ya era nieve y no hielo al estar más abierta esta parte. Aqui nos ponemos los crampones pues ya es difícil andar sin ellos sin resbalar.

Acabamos de ponernos los crampones, necesarios a partir de aquí.
Vista del Cucharón desde la subida normal al Moncayo.
Con el zoom podemos ver a unos montañeros a punto de llegar a la cima.

Empezamos a buscar la parte más evidente de la subida normal al Moncayo que aunque con tanta nieve no se aprecia, se buscan las zonas con menos desnivel que van subiendo en lazadas por la loma de la montaña. Al principio, bastones y crampones son suficientes, luego cambiamos los bastones por el piolet debido al incremento de la pendiente. La subida es divertida y el espectáculo de ver este monte tan querido en Zaragoza con este traje blanco hace que disfrutemos mucho más de la ascensión. En algunos momentos, mirar hacia abajo da más sensación de altura que cuando se sube en otra época, el contraste entre la nieve del monte y el llano es muy llamativo.

A mitad de subida la pendiente se hace algo más fuerte.

Con algún que otro momento en que la subida se empina más de lo acostumbrado, ya que se pierde la "senda" de costumbre, conseguimos llegar a la cima invirtiendo más tiempo de lo normal; algo lógico por el terreno en que nos movemos. Llegamos al cerro de San Juan y ya sólo queda descender un poco para luego ascender de nuevo hasta llegar a la cima. Estamos en ella en menos de dos horas. 

En la cima de un Moncayo nevado y sin viento, el día perfecto.

El día invita a mirar a todos los lados pues es un día de esos pocos que tiene al año en los que el Moncayo se encuentra ausente de nubes y... sobre todo de viento, por increíble que parezca a los que conocen esta montaña. Así pues vemos los Pirineos al fondo, Picos de Urbión, y todo el somontano del Moncayo bajo nuestros pies.

Ahora toca bajar recreándonos la vista y el gusto de bajar con el objetivo cumplido, eso sí, sin perder la precaución en la bajada, sobre todo en la parte resbaladiza de la senda en el interior del bosque, jeje. 

Árbol semienterrado en la nieve, a la bajada.

Raqueteando por Ordesa. (6 de Diciembre de 2005)

Actividad realizada junto a Carlos.

Recorrido que hicimos aquel día.

Habían caído unas copiosas nevadas durante los días pasados así que decidimos irnos a Ordesa a hacer un recorrido con raquetas disfrutando del paisaje que estaba, ciertamente, de cuento de Navidad. Llegamos al aparcamiento de la Pradera y solo hay un par de coches más, increíble pero cierto ya que estamos en el Puente de la Constitución y el sitio merece la pena pero quizás los copillos que estaban cayendo hizo desistir a más de uno a salir de casa.

Preparativos junto al coche antes de salir a raquetear.
Así de blanco y solitario estaba el aparcamiento de la Pradera.
Comenzamos a andar por el camino principal que podemos disfrutar tranquilamente al no haber casi nadie, al contrario que ocurre en otras épocas... La nevada que está cayendo no es muy gorda pero termina mojando el pelo y la cara aunque importa poco ya que el paisaje compensa con creces este pequeño detalle.

Al comienzo del camino. Se aprecia la nieve cayendo.
Nos acercamos a ver el río Arazas desde el puente que hay al principio.
Pasaremos junto a las famosas cascadas que hace el río Arazas y zigzagueamos por entre el bosque hasta que llegamos a una parte donde unos enormes "chupetes" de hielo captan nuestra atención.

Estalactitas de hielo o "chupetes" bajo la oquedad de las rocas.
Tras superar el tramo de bosque llegamos a la zona más abierta donde encontramos más nieve todavía, el espectáculo es impresionante.

Zona superior del bosque. La cantidad de nieve impresiona.
Andamos un poco más hasta que llegamos a uno de los pequeños abrigos artificiales que tiene el Parque instalados por distintos sitios. En este lugar y resguardados de la nevada comemos mientras pensamos si seguimos más o nos volvemos. Hemos ido muy lentos toda la mañana disfrutando del paisaje así que si quisiéramos llegar a la Cola de Caballo el tiempo se alargaría demasiado; optamos entonces por volver además que no para de nevar y la cosa se podría poner fea en la carretera.

Foto tomada desde el interior de uno de los abrigos que hay en el Parque.
Los ríos con las piedras nevadas siempre han sido muy fotogénicos...
Volvemos pues teniendo una visión diferente de Ordesa ya que cuando hemos estado aquí otras veces siempre ha sido en otras épocas del año y ni por asomo con esta cantidad de nieve.

Carlos en el camino de vuelta dentro de la gran huella que se había formado.

Estrechos del Río Martín. (23 de Octubre de 2005)

Actividad realizada junto a Carlos.

El río Martín es un afluente del río Ebro por su margen derecha. Lleva agua todo el año y en este punto de su recorrido horada un profundo barranco desde el cual poder admirar el curso del río desde lo alto, pues el camino va por una especie de fajas a ambas orillas del cauce. Es posible así mismo observar las numerosas pinturas rupestres que se encuentran en esta zona, así como ruinas de poblados íberos que habitaron este lugar. Hoy por hoy, esta zona está enmarcada en el llamado Parque Cultural del Río Martín, figura de protección que otorga la DGA a lugares que destacan por alguna cualidad, en este caso aparte de la naturaleza en sí, el hecho de que haya vestigios de anteriores civilizaciones hace que la protección sea aún mayor.

Para llegar al inicio del recorrido debemos aparcar nuestro vehículo en el puente del Batán, en el punto kilométrico 30 de la carretera que une las localidades de Ariño con Albalate del Arzobispo, en la provincia de Teruel. En el lado opuesto del puente hay sitio en la carretera para aparcar unos 3 ó 4 coches sin problemas en una explanada.

Justo en el puente del Batán comienza el recorrido, donde una flecha nos indica la dirección a tomar. Debemos bajar por la senda hasta el mismo cauce del río y cruzarlo por una pequeña pasarela metálica que nos llevará a la otra orilla por donde transcurre esta parte del recorrido cogiendo altura de manera paulatina y sin esfuerzo. Conforme vamos cogiendo altura iremos paralelos al río y a una acequia que va por arriba, por nuestro camino, dejando el río en el fondo del barranco. Debo decir que aquel día no elegimos muy bien pues nos llovió durante todo el trayecto, pero aún así disfrutamos del recorrido con los ponchos puestos, ¡qué remedio!

Vista del Cañon del Río Martín. En primer término, la acequia y abajo, el río.
Todo el día con el poncho... pero mereció la pena!!

Al rato llegamos a una pequeña explanada en lo alto con una mesa de interpretación donde nos muestra los lugares donde hay pinturas rupestres y los lugares que utilizaba el hombre para usar como hogar, covachos y oquedades servían de refugio a nuestros ancestros; así veremos la cueva de los Grabados, el Recodo de los Chaparros, etc. Seguimos nuestro camino y llegamos a un lugar en el que se desciende rápido para llegar al cauce del río y nada más cruzar un puentecillo de madera sobre la acequia, volver a tomar altura, ahora más alto todavía y por un lugar más expuesto pero que unas vallas con sirgas protegen del abismo que hay a nuestro lado. En nuestro caso tuvimos que ir con cuidado pues al estar las rocas mojadas, un resbalón puede costarte un golpe en la pierna o un culetazo, no caes al vacío pues están las vallas, aunque hay lugares en las que no hay.

En la zona más elevada de todo el barranco.
A veces hay que agacharse para pasar entre la pared y las vallas.

Más adelante hay un puente colgante que nos lleva al otro lado del barranco y así poder volver de nuevo al inicio de la ruta pero visto todo desde otra perspectiva. Como ahora pasamos cerca de las cuevas, llevar prismáticos es una buena opción para poder ver las pinturas, ya que estas se encuentran protegidas por unas celdas para evitar actos vandálicos en dichas pinturas.

En resumen, buena excursión para hacer un domingo cualquiera y así poder disfrutar de una de tantas bellezas que esconde la provincia de Teruel, verdadero paraíso para los amantes de la Geología y Paleontología, amén del senderismo, claro está.

Pic Badet, (3160m). (15 de Julio de 2005)

Ascensión realizada junto a Miguel Angel Alonso.

Itinerario seguido hasta el Pic Badet.
Para subir por esta zona del Neouvielle lo mejor es llegar el día de antes y dormir por las orillas de alguno de los lagos que la forman o en los distintos refugios que hay disponibles.

La carretera sube muy arriba lo que acorta la ascensión en cuanto a desnivel se refiere. En nuestro caso dejamos el coche en el lago de Oredon, que queda un poco más abajo que el conocido Cap de Long, sin embargo tiene una zona de acampada libre a la orilla del lago, con unas vistas preciosas y una tranquilidad que se agradece.

Atardeciendo a orillas del Lac de Oredon.
Nos levantamos pronto, a eso de las cinco y media para recoger todo y tomar algo de desayuno, así que a las seis en punto estábamos andando camino de nuestro objetivo. La mañana fresca aunque luego el calor iba a ser nuestro compañero inseparable, de ahí lo de madrugar.

Subimos con el coche hasta el lago de Cap de Long, situado a 2175m el párking junto al lago. El primer trozo del camino es senda muy marcada que va rodeando la presa de Cap de Long por el lado izquierdo. Vemos a nuestra derecha los picos de Neouvielle, Ramougn y Tres Consejeros. 

La cresta del Neouvielle, Tres Consejeros y Ramougn.

Llegamos entonces a un pequeño remanso de las aguas que bajan de los picos de alrededor (Pic Long, Badet, Campbieil...), estamos a 2591m; hacemos un receso en el camino para beber algo y tomar frutos secos y cosas así.

Pequeño remanso de agua donde paramos un ratillo.
De nuevo en marcha, pasando por algunos neveros que todavía se resisten a desaparecer y entramos en la pedrera  que nos habrá de llevar al collado entre el Maou y el propio Badet. Paramos a coger un poco de resuello y hacer alguna foto.

Miguel Ángel abre camino por la interminable pedrera que nos lleva al collado.
Preparamos la subida a la cima por la muy aérea cresta que nos llevará a lo más alto de esta montaña pasando por tramos de grado II y algún II+ pero que se pasan bastante bien si se va con tiento. La roca es buena, así que con cuidado y mucha paciencia vamos progresando por ella admirando cuando se puede el inmenso patio que hay a cada lado.

Arista que hemos superado para llegar a la cima del Badet.
En poco más de media hora desde el collado llegamos a la cima(3160m). Las vistas son espectaculares, no obstante observamos el macizo de Neouvielle, el cercano Pic Long, y atrás en la lejanía el Monte Perdido, Cilindro, etc.

Foto de cima en el Badet. Al fondo se ve Monte Perdido, Cilindro, Marboré, etc.
Probamos a llegar al Pic Long, pero en mitad de la cresta que divide ambos picos nos dimos la vuelta al no estar seguros de por dónde podíamos sortear uno de los gendarmes entre los dos picos, se supone que hay una senda por el lado izquierdo según la marcha hacia el Pic Long desde el Badet, pero no hubo suerte y no la encontramos.

Pic Long visto desde el Badet.
La vuelta, por el mismo sitio pasando mucho calor, descendiendo la cresta con más cuidado si cabe que a la subida. Comimos cerca de la presa de Cap de Long y aún quedaba la última e interminable hora hasta el coche mientras se rodea la orilla del lago.

Foto sacada a la vuelta de la cresta Badet-Pic Long.

Ibones de Arriel. (12 de Julio de 2005)

Tiempo empleado: 4.30h sin contar descansos.
Desnivel: Unos 800m.
Observaciones: Subida realizada por el camino de Respomuso y bajada por barranco de Arriel.
Dificultad: Bastante fácil.

Actividad realizada en solitario.

Itinerario completo seguido aquel día.
 
Excursión sencilla para hacer uno de esos días en los que vas a disfrutar de la montaña sin necesidad de subir ninguna cima pero admirando un paisaje de alta montaña. El acceso a dicha excursión es el embalse de La Sarra, al lado de Sallent de Gállego. Hay amplia zona para aparcar y se llega bien, sin meter el coche por ninguna pista en mal estado.

El camino que seguiremos es el GR-11 durante toda la ida hacia Respomuso por lo que solo debemos seguir las marcas rojas y blancas, amén de que el camino no tiene pérdida y hay que seguir el principal sin coger los desvíos que hay a la izquierda hacia el Pico de Arriel y a los propios ibones de Arriel, pero este lo cogemos a la bajada. Yo decidí subir por el principal hasta Respomuso por ser más suave de subida que el barranco de los arrieles y además así hacer una excursión en círculo y evitar la vuelta por el mismo sitio.

Por tanto, dejo el coche en la Sarra, en la explanada al lado del bar y me encamino al puente que cruza el río Aguas Limpias, retoño del que luego será Río Gállego más abajo. El camino llanea tomando altura poco a poco con alguna cuesta no demasiado inclinada. El día está despejado así que no se puede pedir más. El camino va pasando por lugares ya conocidos para mi pero no por ello menos bonitos e interesantes, el paso del onso, el llano Cheto, un bonito y frondoso hayedo y demás rincones de este agradable paseo. 

Una de las numerosas cascadas en el camino.

Hemos dejado ya dos desvíos, uno al poco de salir a una media hora que se dirige por el barranco de Soba hacia el Pico de Arriel y el otro que pone Ibones de Arrieles poco después de pasar el Llano Cheto en una cuesta algo empinada que enfila hacia el barranco del torrente Aguas Limpias camino ya del cercano embalse de Respomuso. A unas dos horas desde que salí del aparcamiento llego al fabuloso Circo de Piedrafita, en el embalse de Repomuso. Aquí podemos distinguir cantidad de picos de renombre entre los que destaca la pirámide perfecta de la Gran Facha, Pico de Llena Cantal, etc.

Llegada al embalse de Respomuso con el precioso Circo de Piedrafita.
 
Es en este punto, al lado de la pared del embalse donde hay que abandonar la GR-11 que lleva al refugio y dirigirnos hacia la pared de la izquierda, donde aparece unos muretes de hormigón por los que transcurre semienterrada una tubería; forman una especie de fajeta por la que transcurre el camino en altura viendo desde él ahí abajo el barranco por el que hemos hecho el camino de ida.

Por este bonito camino vamos ganando altura muy suavemente y llegamos en más o menos una hora al pequeño de los ibones. El sendero va serpenteando entre pinos y pequeños ibones o charcas para dejarnos en el ibón de Arriel bajo.

El primero de los ibones de Arriel.
Autofoto en el Ibón bajo de Arriel.
 
Aquí yo paré un rato a hacer unas fotos y beber algo mientras admiro el paisaje. No se ha hecho nada larga la subida, es entretenida y bastante espectacular. En pocos minutos rodeo este ibón y me dirijo al ibón alto viendo las pequeñas presas que sujetan esas aguas frías del deshielo. Cuando llego al ibón alto de Arriel la vista es magnífica, el Pico Palas contempla todo desde arriba, y a la derecha, entre algunas nubes traviesas que vienen de Francia se ve el majestuoso Balaitús con su famosa Gran Diagonal. No obstante desde aquí es una de las vías de subida a este pico hasta el ibón helado de la renombrada vía de ascensión. A mi izquierda veo el collado de Arremoulit pero lo dejo para otro día pues mi intención es subir el Pico de Arriel algún día (cosa que haría el verano siguiente) y desde allí divisar todo el panorama.

Ibón Alto de Arriel con el Pico Palas de fondo.
Asoma el Balaitús con su Gran Diagonal, visto desde el Ibón Alto.
Después de un bocadillo y unos tragos de agua desando el camino hacia los ibones que quedan más abajo y ahora en lugar de coger el camino de la fajeta hasta Respomuso, tomo el camino que baja por el barranco de Arriel. Para ello sigo el agua y por donde va bajando el torrente hay un camino al lado que baja bastante directo hasta el desvío que cité anteriormente, al lado del Llano Cheto. Esta bajada por el barranco de Arrieles es bastante empinada, por eso decidí hacerla de vuelta, por lo que hay que andar con cuidado para no dar culetazos. El camino desciende hasta introducirse en el bosque y después salir al Llano Cheto y ya volver tranquilamente por el mismo camino de ida pero ya poco trozo. El calor aprieta y las hayas realizan una agradable función de dar sombra gran parte de este recorrido.

Tengo tiempo a la bajada de fotografiar flores, como esta Digitalis purpurea L.

Pico de Barrosa, (2742m). (12 de Junio de 2005)

Salida: Entrada al Valle de Barrosa desde la carretera.
Llegada: Pico de Barrosa (2742m)
Desnivel: Unos 1300m.

Ascensión realizada junto a Montañeros de Aragón.

Itinerario seguido hasta los picos ascendidos en la jornada.


INTRODUCCIÓN:

Salimos pronto desde Zaragoza en el autobús camino del valle de Bielsa; largo trayecto en autobús pero el que algo quiere algo le cuesta, así que cabezadita en el camino y así a eso de las nueve llegamos a la entrada al valle de Barrosa, al lado de Hospital de Parzán. En aquellos años yo pertenecía al Club de Montaña de Montañeros de Aragón con los que hice algunas salidas siendo esta la más dura debido al desnivel a superar pero las abundantes paradas que se hacen cuando vas con mucha gente hizo que fuese más liviana la actividad.

ASCENSIÓN:

El camino es un paseo al principio, el valle gana altura suavemente entre pinos, hayas, etc, cruzando riachuelos que bajan con bastante agua por el deshielo. El valle se va abriendo poco a poco y se llega a una zona en la que los árboles dejan ver completamente el circo de Barrosa con las dos moles del Robiñera y La Munia en el fondo del mismo. El día es claro, aunque eso duraría solo por la mañana...

El valle casi al principio de la excusión. Abunda la vegetación en el camino.

Ya vemos arriba Robiñera (izda) y La Munia (dcha).
Llegamos al fondo del valle donde hay un refugio en precario estado rodeado de numerosas vacas y sus pasteles desperdigados por doquier. En este punto, a 1750m de altura tomamos un descanso para beber y comer algo, disfrutando de las vistas pero sobre todo cogiendo fuerzas físicas y mentales pues aún nos quedan 1000m de desnivel para la cima.

Una vista atrás del bonito y solitario Valle de Barrosa.

Hemos recorrido todo el valle y sólo ganamos 300m. Nos ponemos pues en marcha hacia el puerto de Barrosa que comunica Francia con España mediante el HRP francés. Aquí el camino está bien pisado y no hay pérdida, largos zig-zags nos hacen ir subiendo al principio por campas de hierba con la senda atravesándolas y más tarde sólo piedras y tierra. Pasamos cerca de un pequeño ibón ya casi colmatado pero que nos sirve de referencia para la altura, a unos 2120m más o menos. Falta menos pero las piernas notan la subida sin descanso hacia el puerto.

Llegamos a él unas tres horas y pico después de comenzar. Ya vemos nuestro pico y vamos a por él girando a la derecha y apartándonos ahora del collado de Barrosa. Aquí se deja notar el frío que viene en todos los collados al comunicarse ambas vertientes. La vista que tenemos del pico de La Munia son espectaculares, tan cerca que se deja querer pero de momento el objetivo de hoy es otro y hacia él vamos.

Ya vemos cerca la cima del Pico de Barrosa.
Ahora seguimos por un camino entre hierba bastante alta y luego un pedregal muy extenso, el viento parece no querer que sigamos pero las ganas pueden más que los elementos y así llegamos a un collado en el que vemos la última costera que nos queda para llegar a la cima. En pocos minutos llegamos a la cima, hacemos algunas fotos y bajamos pronto pues el viento trae las nubes desde Francia más rápido de lo deseable. 

En la cima del Pico de Barrosa, detrás y semioculta, La Munia.
Parte del cordal que forman los Picos de Barrosa.

Así ocurre que a la bajada nos pilla una tormenta típica de junio, con frías gotas molestando nuestro descenso aunque afortunadamente dura poco pues el camino de vuelta es largo aún. Una vez llego al río, bebo agua, descanso lo justo y vuelvo a ponerme en marcha, no quiero más lluvia. Afortunadamente no me cae más agua y llego al autobús con tiempo suficiente para descansar esperando junto a unos cuantos la llegada del resto del grupo.

Pico Anayet, (2545m). (5 de Junio de 2005)

Salida: Aparcamiento de Anayet (Formigal) (1730m).
Llegada: Pico Anayet (2574m).
Desnivel: 844m.

Ascensión realizada junto con Carlos.

Itinerario seguido durante la jornada.

INTRODUCCIÓN:

Subida a un pico muy elegante aunque no demasiado alto pero con alguna dificultad (un paso calificado en los mapas como de II) que lo hace especial.

El pico de Anayet se encuentra en un lugar muy bonito aunque tristemente amenazado por la expansión de las pistas de Formigal. Cuenta con un llano previo en el que se encuentran los ibones de Anayet, turberas en las que podemos apreciar el Pico de Anayet, el Vértice de Anayet, y el omnipresente Midi d´Ossau entre otras cimas más secundarias.

ASCENSIÓN:

Salimos desde el aparcamiento de la estación de esqui de Formigal, a veces está cerrada la pista que lleva al aparcamiento y hay que dejar el coche en el corral de las mulas.

Mañana soleada, brisa fresca y poca gente. Encaramos el valle de Culibillas siguiendo el torrente del mismo nombre. Es parte del GR-11 y el valle no tiene pérdida, en una hora y poco se llega al llano de los ibones tras pasar un collado con una bonita cascada a la izquierda que desagua de los ibones. En el llano, las fotos de rigor de nuestro objetivo y demás panorama. Parada además de para fotos, para echar algunos tragos y tomar algo sólido. Estamos a unos 2200m de altura.

Vemos nuestro objetivo más cercano. El aspecto desde aquí es espectacular.
El Midi d´Ossau visto desde el llano de los ibones de Anayet.
Nos vamos acercando cada vez más hacia el collado.

Encaramos hacia el collado de Anayet donde podremos elegir entre subir al Vértice o al Pico de Anayet. La subida al collado es inclinada, suele haber nieve hasta bien entrada la primavera y primeros días del verano. Si ésta no está muy dura se sube sin muchos problemas sin crampones por la más que segura huella; en caso de que esté dura, crampones y piolet imprescindibles. Una vez en el collado, a 2404m nos desplazamos hacia la derecha por un sendero que luego se perderá en la roca del pico. Va ascendiendo poco a poco por buena roca hasta llegar a un paso delicado que cuenta con una sirga metálica para asegurar al ser una zona de roca resbaladiza y con un patio nada despreciable.

Paso de la sirga subiendo al Anayet.
Carlos pasando por el tramo de sirga. (Foto tomada a la vuelta)
Una vez superado este paso llegamos a otra zona mixta de roca y hierba donde vemos el último obstáculo, una corta chimenea, sin apenas dificultad si se va con tiento, que nos deja en la cima tras unas dos horas y poco desde el aparcamiento.

Cima del Anayet, al fondo destaca el Midi.

Las vistas son grandiosas al estar tan aislado y no tener ningún pico que le quite visión. Vemos bien cerca el Vértice de Anayet, con el color rojizo característico de esta zona del Pirineo, y abajo quedan los ibones de Anayet.

El Vértice de Anayet desde la cima del Pico Anayet. Al fondo, La Moleta.
Los ibones de Anayet desde la cima del pico.

Bajando con cuidado (como siempre) y con tranquilidad, que los días en junio dan para mucho, llegamos al aparcamiento. Y ahora... a buscar la cervecita.

Relajado descenso por el Valle de Culibillas camino del coche.