LA FRASE

LA FRASE: "Buscad la belleza, es la única protesta que merece la pena en este asqueroso mundo" (Ramón Trecet).

Pico Pacino/Punta Pazino, (1965m). (21 de Diciembre de 2008)

Salida: En la carretera a Francia, 1 km después del desvío a Sallent, junto a una tubería. (1380m).
Llegada: Punta Pazino (1965m) y más tarde Escarrilla (1120m).
Desnivel: Unos 600m de subida hasta el pico y unos 800m de bajada desde el pico hasta Escarrilla.
Tiempo empleado: Algo menos de dos horas a la cima, paradas incluídas. Una hora y media de bajada.
Cobertura de móvil: Generalmente buena en toda la actividad.

Travesía realizada junto a Iñaki y Juan Carlos.

Itinerario seguido para la travesía Sallent-Pazino-Escarrilla.

INTRODUCCIÓN:

Ascensión ésta que en otra época no nos hubiera llamado tanto la atención pues se trata de un pico de altitud muy modesta al no llegar siquiera a los dos mil metros pero que tiene unas vistas que no tienen igual en toda la Bal de Tena. La dificultad es escasa y el tiempo que lleva subirlo también por lo que decidimos plantear la actividad como una travesía en la que iniciaríamos el recorrido por un sitio, Sallent de Gállego y lo concluiríamos en otro, Escarrilla, dándole así un aire más variado a dicha actividad. Ni qué decir tiene el hecho de que es necesario dejar un coche en el punto de inicio y otro en el final del recorrido.

ASCENSIÓN:

Una vez dejamos uno de los coches en Escarrilla nos dirigimos hacia nuestro punto de inicio. Para ello localizamos la gran tubería verde que baja por las laderas del Pazino y buscamos un sitio donde aparcar; lo hacemos en uno de los pequeños aparcamientos que hay al lado de la carretera, unos metros antes de la tubería. El monte en cuestión es visible en todo momento.

Vista del Pazino desde la misma carretera a Francia.
Es domingo y diciembre por lo que en nuestro transitar por la carretera hasta llegar al lugar donde empieza la pista debemos tener cuidado con los muchos coches que suben a las pistas de Formigal.

Nota: En otra época del año y con menos nieve, se puede ir con el coche unos metros por la pista y dejarlo en un rellano que hay más adelante.

Hay la suficiente nieve cuando llegamos a la confluencia de la pista con la carretera que decidimos ponernos las raquetas ya y no esperar a hacerlo más tarde.

Comienzo de la jornada con la nieve al lado de la carretera.
El comienzo es un zigzagueo para ir ganando altura de forma pausada, lo que nos sirve para entrar en calor y tomar contacto con las raquetas un invierno más. El día es despejado y el sol nos acompañará durante toda la jornada, un día de lujo.
Poco a poco vamos viendo cómo nos acercamos al bosque que tenemos enfrente, hasta aquí hemos encontrado varias marcas de pintura que señalizan el camino, no hay pérdida. Internarnos en el bosque siempre se agradece y si es en invierno aún le da un ambiente más especial.

Momento en el que nos adentramos en el bosque.
El encanto de raquetear por un bosque nevado.
La pena es que sea tan corto nuestro paso por el mismo, ya que en unos pocos minutos salimos ya al límite del bosque con las laderas que descienden del Pazino. En este punto aparecemos cerca de una torre que impulsa el agua de la tubería, aquí decidimos ir a saco por las laderas y resultó ser muy incómodo por la posición de las raquetas, a media ladera y cogiendo inclinación... mala cosa.

Haciendo una media ladera camino del collado.
Luego hablamos que igual hubiese sido mejor tirar hacia arriba siguiendo el límite del bosque y llanear hasta el collado, pero bueno. Así que nos dirigimos a una vaguada que enfila directa hacia el collado del Pazino, para que de esta forma las raquetas tuvieran una posición más adecuada, de frente y no de lado.

Cuando llegamos al collado (1828m) el panorama es grandioso, se abre para nosotros el espectáculo de la Sierra de la Partacua cargada de nieve hasta los topes y destacando Peña Telera sobre el resto de cumbres.

La Sierra de la Partacua aparece ante nosotros al llegar al collado.
Ya solo nos queda un pequeño esfuerzo, superar las rampas que nos dejarán en pocos minutos en la cima del Pazino, así que nos dirigimos ahora hacia nuestra izquierda (E) y buscando las zonas con nieve (las otras las ha pelado el viento) vamos encaminando nuestras raquetas hacia arriba.

Ya no queda nada para llegar a la cima.
Juan Carlos ya nos espera arriba, Iñaki está en las últimas rampas y yo me uniré enseguida en la cima. Hemos tardado cerca de dos horas en llegar arriba, descansos incluídos.

Los tres en la cima del Pazino (1965m).
Al llegar arriba nos encontramos con el vértice geodésico tirado en el suelo, esperamos que sea cosa de las inclemencias del tiempo y no por otras causas... Desde la cima la panorámica se abre en 360º y podemos ver desde la Sierra de la Partacua al completo, pasando por los Infiernos, Arriel, Palas, Peña Foratata, el sempiterno Midi d´Ossau, Collarada, Punta Escarra y en fin, montones de cimas conocidas.

Vistas hacia Peña Foratata, Arriel, Palas, etc. Sallent abajo del todo.
Zoom hacia Peña Telera, hermosa montaña.
Tras un rato arriba haciendo fotos decidimos bajar de nuevo al collado donde sopla algo menos de viento y comer allí.

El descenso lo haremos por la vertiente de Escarrilla. Para ello, desde el collado vamos bajando por suaves lomas nevadas acercándonos a un torrente que discurre hacia el barranco de Escarra.

Bajando de regreso por la vertiente de Escarrilla.
Vemos en unos minutos un cartel señalizador con flechas; aquí tenemos que girar hacia la izquierda y seguir la dirección que pone Sallent; la opción de la derecha nos llevaría a la presa de Escarra. Ahora el camino es estrecho pero lo suficientemente ancho para caminar con las raquetas. Vamos rodeados de bojes y en un punto determinado, a la media hora más o menos encontraremos otro desvío; una flecha marca hacia Sallent y la otra a Escarrilla, tomamos esta última que es el camino de la derecha. A los pocos metros empieza a haber bastante menos nieve y es que esta vertiente es Sur y al menos hoy, le está dando el sol con ganas, así que nos quitamos las raquetas y llegamos pronto a un punto en el que se desciende abruptamente al lado de unos cortados hasta llegar de nuevo al bosque, en este caso ya por pista ancha y con ejemplares arbóreos de bastante más porte que los humildes bojes de más arriba.

Disfrutando del camino ya cerca del pueblo de Escarrilla.
Unos minutos de tranquila bajada por este bonito lugar y la pista nos dejará en la boca sur del túnel de Escarra. Ahora solo hay que ir a por el coche y buscar el otro vehículo que hemos dejado cerca de Sallent.

En resumen, una bonita vuelta a estos parajes, con cima incluída, que en invierno adquieren un aspecto muy diferente al que podemos ver el resto del año. Otra época bonita para disfrutar de este recorrido es el otoño por las tonalidades que adquiere el bosque.

Con esta modesta cima damos por concluído el año montañero 2008 que ha sido muy prolífico en cuanto a picos ascendidos.

Cresta Gourgs Blancs. (20-21 de Septiembre de 2008)

Salida: Ibón de Gías (2640m).
Llegada: Pic de Saint Saud tras hacer la cresta de Gourgs Blancs.
Desnivel: Unos 500m netos.
Tiempo empleado: 4 horas para todo el recorrido desde el ibón, incluyendo paradas y regreso al Puerto de Gías.

Cimas ascendidas en el día: Jean Arlaud (3065m) – Gourgs Blancs (3129m) – Torre Armengaud (3114m) – Punta Lourde Rocheblave (3104m) – Pic Camboué (3043m) – Pic Saint Saud (3003m).

Ascensión realizada con Juan Carlos.

Croquis del recorrido realizado.
INTRODUCCIÓN:

Hablamos jcarlos y yo de hacer este puñado de tresmiles hace tiempo y en cuanto tuvimos la ocasión para coincidir ambos en un fin de semana y que además hiciera buen tiempo no lo dudamos y nos pusimos a ello. Eso sí, hubo un pequeño cambio que a la postre hizo más llevadero el tema y no fue otro que dividir los diez tresmiles en dos jornadas, una la del día 20 en la que hicimos el cresterío Clarabides-Gías y otra el día siguiente que incluía seis tresmiles, desde el Jean Arlaud al Pico de Saint-Saud.

PRIMER DÍA.

APROXIMACIÓN:

Una vez equipados salimos animados hacia la pista que recorre todo el Valle de Estós hasta su Refugio. Esta pista es cómoda, bastante llana y larga, no obstante se tarda cerca de dos horas en superar algo menos de 600 metros de desnivel. La pista coincide con el GR-11 por lo que veremos las conocidas marcas de pintura roja y blanca. Grandes colosos como el Perdiguero se asoman a este valle.

Valle de Estós. El Perdiguero a la derecha.

Pasaremos al principio al lado de una presa que retiene las aguas del Río Estós. Más tarde cruzaremos el cauce por un puente para seguir progresando por la pista. Pasamos al lado de la Cabaña de Santa Ana, del desvío que lleva a los ibones de Batisielles, la Cabaña del Turmo (ocupada por pastores) y volveremos a cruzar el río para divisar ya el Refugio de Estós.

Nosotros, una vez llegados al Refugio, decidimos comer algo en su terraza disfrutando de las vistas del valle. Tras cerciorarnos de por dónde cogeremos ahora el camino que nos llevará al Ibón de Gías nos ponemos en marcha por una senda que sale al lado del refugio dirigiéndose a los baños exteriores. Por esta senda vemos cómo unos tubos y canalizaciones recogen el agua del torrente de Gías y la llevan al Refugio para su posterior uso. El refugio va quedando abajo conforme ganamos altura y ascendemos por la cómoda senda que dentro de poco irá cogiendo más pendiente y que al ser la hora que es y el sol calentando bien hace que sudemos la gota gorda por momentos.

El refugio de Estós visto desde el camino al ibón de Gías.
Hacemos breves paradas y en un rato comenzamos a ver asomar el Pico de Jean Arlaud y el cresterío que forma con el Gourgs Blancs y compañía (mañana estaremos por ahí arriba); eso nos indica que estamos cerca ya de la zona del Ibón de Gías.

A las cuatro de la tarde llegamos al Ibón de Gías (2640m) y nos ponemos a buscar una zona de vivac en condiciones y también a aprovisionarnos de agua que casi no llevábamos y ya necesitaban nuestros cuerpos una bien merecida hidratación. Pronto llegamos a una zona cerca de la orilla izquierda del ibón donde encontramos un vivac de lujo; está plano, sin piedras en el suelo ni montones de tierra, ¡vamos! una habitación con todas las comodidades y unas vistas preciosas.

Nuestro vivac al lado del ibón de Gías. Un lujazo.
Tras hacer el cresterío de los tres picos de Clarabide y el Pico Gías regresamos al Ibón a dormir para coger fuerzas ya que nos esperaba una dura jornada al día siguiente.

SEGUNDO DÍA.

ASCENSIÓN AL PICO JEAN ARLAUD:

Madrugamos, aún no se ve el sol y ya estamos desayunando y recogiendo los sacos, aislantes y demás. Hace algo de frío pero pronto nos calentaremos, en cuanto comencemos a andar bordeando el ibón seguro que ya no tendremos nada de frío. El amanecer nos depara bonitas vistas sobre el Valle de Estós y las cimas circundantes. 

Amanecer sobre el Valle de Estós.

Rodeamos el ibón por la zona de desagüe y vamos por un terreno de grandes bloques muy incómodo pero que calienta nuestras piernas con rapidez. Noto el cansancio por lo realizado ayer y empezar hoy tan fuerte pues la pendiente se acentúa conforme nos vamos acercando al corredor meridional entre el Gourgs Blancs y el Jean Arlaud y buscar su entrada. Es muy claro y lo vemos en todo momento desde el ibón. Cuando llegamos a la entrada del corredor, recogemos los bastones pues hay que utilizar las manos en algunos sitios y aunque no tiene una dificultad excesiva, sí es necesario estar atento y agarrarse bien a la roca.

El corredor y Pico de Jean Arlaud con los primeros rayos de sol.
El corredor comienza con piedrecilla suelta y rocas hasta llegar a una zona con placas tumbadas algo pulidas (menos mal que estaban secas) donde tendremos que estar más al tanto. Es una zona corta y enseguida llegamos a otra parte con menor pendiente donde encontraremos de nuevo piedra pequeña y tierra ya cerca de la salida del corredor al collado entre estos dos grandes picos.

En mitad del corredor Jean Arlaud; zona de roca pulida.
Una vez alcanzado el collado dejamos la mochila que llevamos aquí y nos ponemos a buscar una fisura por donde hemos leído que se accede a una corta chimenea que nos lleva a la primera cima del día. Buscamos, pero no lo suficiente por lo que optamos por ir por la izquierda (N) ya que nos ha parecido ver un mojón. Error. No hay que ir por ahí aunque nosotros lo hiciéramos. Empezamos a subir por donde pensamos que iba la cosa y nos encontramos con una escalada de grado III que, no sin dificultades, nos permitió llegar arriba. Nuestro miedo no era la subida sino el tener que bajar de nuevo por ahí ya que las presas no eran demasiado evidentes ni muy accesibles y menos aún de bajada. Todo esto con un hermoso patio bajo nuestros pies. 

Cima del Jean Arlaud (3065m) con el Posets de fondo.
Pero bueno, el caso es que nos salió limpia la subida, sin problemas y llegamos a la cima contentos de iniciar nuestro periplo por esta bonita cresta. Las vistas son enormes, Posets, Gourgs Blancs, abajo el Ibón de Gías, y enfrente, mirando hacia el este otra cresta nos llama poderosamente la atención, la de los Picos Seil dera Baquo; quizás algún día estemos en su filo.

Cresta de Seil dera Baquo desde el Jean Arlaud.

Pico de Gourgs Blancs visto desde la cima del Jean Arlaud.
Tras las fotos hacia todos los lados toca la hora de bajar. Como no tenemos ni pizca de ganas de bajar por donde hemos subido buscamos la subida normal a este pico. Enseguida encontramos un mojón y lo seguimos, otro más allá, otro más abajo y así hasta llegar a la chimenea de acceso. Maldecimos nuestro error y nos preguntamos cómo no pudimos verlos, así que decidimos poner un mojón algo más visible en nuestra bajada de vuelta al collado. Este acceso es más factible que el otro, sin duda.

Juan Carlos bajando por el sitio bueno del Jean Arlaud.
ASCENSIÓN AL PICO DE GOURGS BLANCS:
 
Una vez en el collado entre el Pico Jean Arlaud y el Gourgs Blancs respiramos más tranquilos, bebemos algo de líquido y otra vez con la mochila a cuestas nos dirigimos a la segunda cima del día, el Pico de Gourgs Blancs, que es el punto más alto de toda la cresta que estamos realizando hoy. Nos lo tomamos con tranquilidad y esta subida nos relaja ya que es el tramo más fácil de toda la cresta, únicamente tenemos que ir andando desde el collado hasta la cima por una senda marcada con mojones, no es necesario siquiera poner las manos. En unos quince o veinte minutos llegamos a su cima. En la cima encontramos una placa que rinde homenaje a Jean Arlaud.

Cima del Pico Gourgs Blancs (3129m).

No es una cima demasiado grande pero con unas vistas que sí lo son. Vemos el Pico Jean Arlaud que lo hemos dejado atrás, el Posets todo el rato, la cresta Pic Gourdon y Spijeoles y la continuación de la cresta por la que transitamos con la antecima del Gourgs Blancs en primer término.

Cresta de Spijeoles desde la cima del Gourgs Blancs.

ASCENSIÓN A LA TORRE ARMENGAUD:

A partir de la cima del Gourgs Blancs comienzan "las hostilidades", lo entretenido de esta cresta pasa entre dicha cima y la Punta Lourde Rocheblave. 

Bajamos unos metros por terreno fácil pero expuesto hasta cerca de la antecima del Gourgs Blancs donde hay un pequeño mojón. Una vez pasado este corto tramo nos encontramos con dos posibilidades, una es ir siguiendo una serie de mojones que por el lado español (S) va recorriendo la cresta unos metros más abajo y la otra posibilidad es como no podía ser de otra forma en una cresta, ir por el filo de la misma. Os preguntaréis qué hicimos nosotros, pues bien, ni lo uno ni lo otro sino todo lo contrario, es decir, unas veces por el mismo filo, incluso pasando por el lado francés y otras por el "camino" marcado con mojones. 

Los bloques de granito impresionan por su tamaño y localización pero a la vez dan seguridad a la hora de agarrarse a ellos para hacer tramos algo más comprometidos. A nosotros nos costó un poco este tramo al perder algunas veces los dichosos mojones y otras por atravesar zonas muy expuestas en el filo. El caso es que disfrutamos como enanos metidos en ese berenjenal de bloques pasando a veces por sitios inverosímiles a más de 3000m, en fin, una gozada. En una media hora si no hay contratiempos ni pérdidas de mojones puede llegarse a la cima de la Torre Armengaud.

Gendarme que dejamos atrás poco antes de llegar a la Torre.
En la pequeña cima de la Torre Armengaud (3114m).
ASCENSIÓN A LA PUNTA LOURDE ROCHEBLAVE:

Desde la cima de la Torre Armengaud comenzamos un descenso que primero nos lleva por un paseo por el filo de la cresta y luego nos hace bajar más por el lado español para sin demasiados problemas ir remontando por un sitio marcado con mojones que nos lleva a la cima de esta montaña.

Juan Carlos cresteando por el filo camino de la Lourde Rocheblave.

Desde su cima tenemos una vista muy buena sobre la cresta que acabamos de pasar, con unos espectaculares paredones verticales en su cara norte. Además, disfrutamos de una visión diferente de los picos de Clarabide y Gías vigilados por el Posets.

Cima de la Punta Lourde Rocheblave (3104m).
Clarabides y Gías en primer término. Detrás, el enorme Posets.

Ya quedan únicamente dos picos y lo más difícil ha quedado atrás.
 
ASCENSIÓN AL PIC CAMBOUÉ:

Ahora ya va todo de bajada, el insignificante Pic Camboué nos espera ahí abajo, tras un pedregal de mil demonios que nos lleva a una horcada a 3030m. Desde aquí solo hay que subir los 13 metros que distan de su cima y que le cambian el nombre de simple tachuela a "pico de más de 3000m". Ya en la cima vemos todavía la cresta de Gourgs Blancs, los Clarabides, etc y el Pic de Saint Saud que nos espera para culminar un día redondo. 

Cima del Camboué con la cresta recorrida al fondo.
Vista del Pic de Saint Saud desde la cima del Camboué.

ASCENSIÓN AL PIC DE SAINT SAUD: 

Hacemos alguna foto en el Camboué y nos dirigimos raudos a por el último del día y de todo el fin de semana, el Saint Saud. Desde la cima anterior tenemos la opción de ir por un caminito marcado con mojones o por la cresta. Al principio optamos por la senda con mojones pero como ésta pierde bastante altura decidimos volver a la cresta e ir progresando por ella. No es difícil en exceso, y más después de lo que hemos pasado ya, y encima tiene la ventaja de no perder tanta altura  para tener que volver a ganarla luego. Llegamos a la cima del Pic de Saint Saud, cansados ya pero es el último y ahora solo hay que bajar. Fotos de la cima, con vistas a la cresta anteriormente superada, a la cara norte de los picos de Clarabide con el lago que hay en el lado francés, Lac de Clarabide o de Poucherges, etc.

El Lac de Clarabide desde la cima del Saint Saud.
Última cima del día, el Pic de Saint Saud (3003m).
Bajamos de modo directo por una sendita estrecha que nos deja cerca de una pequeña laguna y vamos haciendo una media ladera, con objeto nuevamente de no perder mucha altura, en dirección al puerto de Gías. Desde él, bajamos al Ibón a recoger la otra mochila y el resto del material y tomar rumbo al Refugio y Valle de Estós donde haremos otra pequeña parada a comer y vuelta al coche.   

En resumen, un fin de semana de lo más completo y agradable. Tuvimos suerte en lo meteorológico, en lo deportivo, al culminar los 10 tresmiles en dos días y en lo físico, pues volvimos sin ningún percance.

Clarabides-Gías. (20 de Septiembre de 2008)

Salida: Aparcamiento de Estós (1300m). 
Llegada: Pico de Gías tras hacer la cresta de los Clarabides. 
Desnivel: Unos 1700m. 
Tiempo empleado: 6 horas, incluyendo parada en el Refugio de Estós a comer algo y varias a lo largo del camino para descansar; así como en el Ibón de Gías para buscar el vivac.  

Cimas ascendidas en el día: Clarabide Oriental (3012m) - Clarabide Central (3020m) - Clarabide Occidental (3008m) - Pico de Gías (3011m).

Ascensión realizada con Juan Carlos.

Croquis del itinerario seguido.

INTRODUCCIÓN:

Hablamos jcarlos y yo de hacer este puñado de tresmiles hace tiempo y en cuanto tuvimos la ocasión para coincidir ambos en un fin de semana y que además hiciera buen tiempo no lo dudamos y nos pusimos a ello. Eso sí, hubo un pequeño cambio que a la postre hizo más llevadero el tema y no fue otro que dividir los diez tresmiles en dos jornadas, una la del día 20 en la que hicimos el cresterío Clarabides-Gías y otra el día siguiente que incluía seis tresmiles, desde el Jean Arlaud al Pico de Saint-Saud.  Salimos pues a las ocho de la mañana desde La Almunia y nos plantamos en el aparcamiento del Valle de Estós a las once para iniciar desde ahí lo que iban a ser dos jornadas completitas acompañados de un tiempo espléndido para estar ya a finales de Septiembre.

APROXIMACIÓN:

Una vez equipados salimos animados hacia la pista que recorre todo el Valle de Estós hasta su Refugio. Esta pista es cómoda, bastante llana y larga, no obstante se tarda cerca de dos horas en superar algo menos de 600 metros de desnivel. La pista coincide con el GR-11 por lo que veremos las conocidas marcas de pintura roja y blanca. Grandes colosos como el Perdiguero se asoman a este valle.

Valle de Estós, con el Perdiguero a la derecha.
Pasaremos al principio al lado de una presa que retiene las aguas del Río Estós. Más tarde cruzaremos el cauce por un puente para seguir progresando por la pista. Pasamos al lado de la Cabaña de Santa Ana, del desvío que lleva a los ibones de Batisielles, la Cabaña del Turmo (ocupada por pastores) y volveremos a cruzar el río para divisar ya el Refugio de Estós.  Nosotros, una vez llegados al Refugio, decidimos comer algo en su terraza disfrutando de las vistas del valle. Tras cerciorarnos de por dónde cogeremos ahora el camino que nos llevará al Ibón de Gías nos ponemos en marcha por una senda que sale al lado del refugio dirigiéndose a los baños exteriores. Por esta senda vemos cómo unos tubos y canalizaciones recogen el agua del torrente de Gías y la llevan al Refugio para su posterior uso. El refugio va quedando abajo conforme ganamos altura y ascendemos por la cómoda senda que dentro de poco irá cogiendo más pendiente y que al ser la hora que es y el sol calentando bien hace que sudemos la gota gorda por momentos. 

El refugio de Estós visto desde el camino al ibón de Gías.
Hacemos breves paradas y en un rato comenzamos a ver asomar el Pico de Jean Arlaud y el cresterío que forma con el Gourgs Blancs y compañía (mañana estaremos por ahí arriba); eso nos indica que estamos cerca ya de la zona del Ibón de Gías.  A las cuatro de la tarde llegamos al Ibón de Gías (2640m) y nos ponemos a buscar una zona de vivac en condiciones y también a aprovisionarnos de agua que casi no llevábamos y ya necesitaban nuestros cuerpos una bien merecida hidratación. Pronto llegamos a una zona cerca de la orilla izquierda del ibón donde encontramos un vivac de lujo; está plano, sin piedras en el suelo ni montones de tierra, vamos! una habitación con todas las comodidades y unas vistas preciosas.  

Nuestro vivac para esa noche. Todo un lujazo.

 ASCENSIÓN AL CLARABIDE ORIENTAL:

Estamos un buen rato en el vivac aprovechando a comer algo y sobre todo beber ya que apenas hemos podido hacerlo desde el Refugio de Estós. Tengo casi que despertar a Juan Carlos pues está a punto de caer en los brazos de Morfeo y es que tirados en el suelo, cansados y a esa hora de siesta es prácticamente imposible no ceder a la tentación. Así pues, dejamos las dos mochilas en el vivac y únicamente con las cámaras de fotos, los bastones y una prenda de abrigo por si acaso, nos ponemos en marcha hacia el Puerto de Gías donde comenzaremos el cresterío que nos llevará a los cuatro tresmiles del día. El camino va rodeando el ibón por la izquierda siguiendo los mojones por entre los bloques que se amontonan en esta zona. Todo el rato vemos el Puerto de Gías, por lo que no hay pérdida. Tras pasar el caos de bloques llegamos a una zona donde una senda de tierra y piedrecillas va serpenteando en dirección al collado. Hay algún nevero de la floja nevada que hubo el fin de semana anterior.

El collado o puerto de Gías, visible desde el ibón.
El ibón de Gías visto desde el camino al collado.
En algo menos de una hora llegamos al Puerto de Gías (2921m). La vista es tremenda desde aquí, vemos el cresterío completo de mañana, el Pico de Gías que haremos luego, el ibón de Clarabides en la otra vertiente, en fin, una gozada. Una vez en el collado nos vamos hacia la izquierda (O) buscando la primera cima del día a la cual se llega sin ninguna dificultad en unos escasos diez minutos.

Juan Carlos subiendo hacia el primero de los Clarabides.



En la cima del Clarabide Oriental, con la cresta del día siguiente detrás.
Los otros dos picos de Clarabide vistos desde el Oriental.
Hacemos las fotos de cima y disfrutamos de las vistas que ahora son mucho más amplías y vemos los otros dos Clarabides, el Pico Gías y más lejos el macizo de Posets, el de Bachimala, etc.  

El Pico de Gías visto desde la cima del Clarabide Oriental.
Reanudamos la marcha enseguida pues aún nos quedan tres picos más.  

ASCENSIÓN AL CLARABIDE CENTRAL:

Después de hacer las fotos bajamos a un pequeño colladito entre los dos primeros Clarabides donde el color de la roca cambia del gris al rojizo-anaranjado y de nuevo volvemos a subir para coronar enseguida el segundo tresmil del día y más alto de hoy, el Clarabide Central.

Cima del Clarabide Central (3020m) con el Pico Gías detrás.

No hay ninguna dificultad desde el anterior pico, simplemente hay que andar. Enfrente mismo tenemos el Pico de Gías, al que iremos después, de momento vamos a por el Clarabide Occidental para cerrar este trío de ases.

Tenemos tiempo para experimentar con contraluces.

ASCENSIÓN AL CLARABIDE OCCIDENTAL:

Ascender a este pico desde el Clarabide Central tampoco tiene demasiada complicación, únicamente hay que seguir una especie de senda y superar un par de pasos donde hay que estar algo más atento ya que se llega a asomar a la vertiente norte pero sin más. En unos cinco minutos desde el anterior nos plantamos en la cima del último de los Clarabides y contemplamos la vista hacia Posets, que está cubierto de nubes, antes de emprender la marcha otra vez, ahora a por el Pico de Gías.

Cima del Clarabide Occidental (3008m). Al fondo, el Gías.

ASCENSIÓN AL PICO DE GÍAS:

Desde el Clarabide Occidental retornamos hacia el Central pero sin llegar a subir a su cima otra vez, ya que a media ladera cogeremos una senda bastante marcada en el terreno que nos lleva directos hacia el Pico de Gías bajando al collado que separa el Clarabide Central del propio Gías.

Camino del último pico del día, el Pico de Gías.
Nos dirigimos hacia la base del pico para una vez allí dejar los bastones y, ahora sí, trepar un poco por terreno fácil aunque algo descompuesto.

Trepando hacia la cima del Gías. Ya casi estamos.

En unos pocos minutos estamos en su cumbre donde hay un típico mojón de piedras. La cima hace una especie de cresta que la recorremos por curiosidad y así poder ver el panorama hacia todas partes.

Disfrutando de las vistas que ofrece el Pico Gías.
Junto al mojón cimero del Pico Gías.
Vista del Clarabide Oriental desde la cima del Gías.
Hacemos las fotos y nos bajamos. Esta vez poco antes de llegar al collado entre el Central y el Gías, tomamos una senda que baja directamente al ibón de Gías enlazando con el camino que lleva al Puerto de Gías, así ganamos unos minutos y no tenemos que volver de nuevo al Puerto de Gías.  Este pico pone el punto final a esta jornada. Al día siguiente, tras vivaquear al lado del ibón, recorrimos la cresta desde el Jean Arlaud al Pic de Saint Saud, y eso es otra historia...muy diferente.

Una bonita panorámica sacada desde el Pico de Gías.